Los niños ven la misma película una y otra vez sin cansarse y sin parpadear siquiera.
Los niños ven la misma película porque su cerebro así lo necesita.
El cerebro infantil aprende la información a través de la repetición, no es extraño que los niños vean la misma película muchas veces, lo mismo pasa cuando nos piden cantar siempre la misma canción o cuando quieren que les leamos los mismos libros.
Según algunos estudios, los pequeños integran esas historias como un patrón y, a medida que lo logran, mejoran su lenguaje, descubren nuevas palabras, comprenden mejor los argumentos, y desmenuzan cada vez más y más detalles, consiguiendo con ello una mayor satisfacción personal.
Los niños también mejoran el pensamiento lógico. Se sienten competentes al hacer predicciones y se deleitan ante esos estímulos familiares.
Así que permite que disfruten de sus películas favoritas.