La miel puede ser un producto rico, útil e ideal para tratar los accesos de tos en niños mayores. Sin embargo, en menores de dos años, puede ser sumamente peligrosa y debemos evitarla.



En su composición, la miel puede contener esporas de Clostridium Botulinum; una bacteria que causa botulismo. El botulismo es una enfermedad que se caracteriza por una "parálisis fláccida", consiste en que todos los músculos, inclusive los respiratorios, se ponen "flojos", causando primero dificultad para moverse y luego imposibilidad de respirar. ¡Puede ser fatal!


¿Por qué los niños más grandes y adultos consumen miel y no tienen botulismo?

Porque su intestino es más maduro que el de un bebé, y las esporas no se desarrollan.

Cocinar con miel tampoco es seguro, dado que no estamos seguros de que alcanzamos la temperatura adecuada para eliminar las esporas.



IMPORTANTE: Mojar el chupon con miel también es peligroso y además contribuye al desarrollo de caries.